sábado, 21 de mayo de 2011

¿Tengo que hacer dieta para perder peso en la Operación Bikini anual?

Cada año por estas fechas, nos encontramos con lo mismo: la necesidad de poner freno a los kilos de más, la obligación de perder ese sobrepeso que hemos cogido durante los largos meses de invierno, hacer dieta y venga, ¡todos los días a aplicarse crema anticelulítica y a hacer ejercicio en el gimnasio!

Lo cierto es que, según lo estudios, un 62% de los madrileños se pondrá a dieta a partir de mayo para lucir una mejor figura en verano, y es probable que esta cifra se pueda aplicar al resto de la geografía española.


Sin embargo, como en todo, la mesura es clave a la hora de abordar dietas ya que hay muchas personas que se toman demasiado a pecho esto de perder varios kilos en muy pocos días, por lo que nunca viene mal recordar los peligros a los que se enfrenta nuestra salud en caso de querer acelerar la operación bikini y acortar el proceso rápidamente.

Si bien la grasa, en exceso, puede calificarse de perjudicial, hemos ido descubriendo en los últimos años que hay tipos que no lo son tanto, por ejemplo, el aceite de oliva virgen. De tal manera, la grasa mala sería sólo aquella que excede el punto óptimo de almacenamiento que cada uno de nosotros parece tener predefinido, probablemente como resultado de nuestra genética.

Pero además, la grasa tiene su razón de ser: desde el punto de vista evolutivo, la grasa acumulada permitió a nuestros antepasados sobrevivir durante las épocas con comida escasa, además de proporcionarles aislamiento térmico ante los largos y rigurosos inviernos. Por supuesto, la grasa también es la forma más compacta y eficiente de acumular y transportar las reservas energéticas.

Por ejemplo, la grasa nos sirve de almacén de vitaminas liposolubles y hay estudios que demuestran que es más fácil alcanzar mayor longevidad con unos pocos kilos acumulados durante la vida adulta que con unos kilos de menos. El daño asociado con el exceso de grasa depende de dónde se acumule ésta, siendo más peligrosa la que se deposita en el abdomen que en los glúteos o en la cadera.

Por supuesto la peor es aquella grasa que se desborda al músculo, al hígado, al páncreas o al corazón. También hay grasa que es muy beneficiosa ya que ayuda a quemar calorías: la grasa parda que está presente en los niños pero que se va perdiendo con los años. De ahí que una de las terapias antiobesidad que se está probando es la de regeneración de la grasa parda para que nos ayude a prevenir el acúmulo habitual de la grasa blanca que sufrimos cuando alcanzamos la madurez biológica.

Por lo tanto, recuerda antes de lanzarte a tumba abierta a la 'operación bikini', que el daño principal de la grasa depende de dónde decida nuestro organismo depositar el exceso de la misma, que, curiosamente, no suele ser en los sitios donde nuestra vanidad quiere eliminarla.

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