
Llevo desde hace tiempo viendo sus actuaciones por YouTube y tenía ganas de verla en directo. Dicho y hecho: el último fin de semana de febrero me planto en Londres, a las 7 de la tarde del Sábado para verla. He cogido uno de los asientos más caros, de patio de butacas, pero me parece que una vez en la vida vale la pena. 110 libras me ha costado la broma, pero lleva champán incluido... :-)
Actuará como príncipe su marido en la vida real: Johan Kobborg. Me parece que hacen muy buena pareja por eso es un punto más a su favor para que vaya a verlos. Antes llegaré la víspera y me quedaré, of course, para hacer turismo el finde, que aunque ya he estado unas 3 veces en Londres, siempre, siempre quedan cosas por ver... Empiezo a preparar el viaje, que forma parte de la emoción de la cosa. Y también a pensar en qué me pondré para ir a la Ópera porque según dicen hay que ir bien vestido, no de gala, pero bien, vaya. ¡Qué emoción!

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